martes, 30 de septiembre de 2008

La marisma

En sus casi 110.000 hectáreas Doñana ofrece una variedad inagotable de ecosistemas y paisajes. Aquí un denso bosque de alcornoques da paso, a la vuelta de un lentisco, a la inacabable marisma. Una marisma que se pierde en el horizonte, donde una flotante silueta de dunas amarillas la separan del mar. Allí quizás, un oscuro pinar esconde un camino perdido entre juncos que conduce a las ardientes arenas de un pequeño Sahara. Escondido en alguna parte, un verde manto de helechos se extiende hasta el mismo pie de la más intrincada maraña de troncos y ramas que jamás cubriera el cauce de un arroyo.


Foto Miguel Berrocal

2 comentarios:

Brenduxa! dijo...

al encontras este blog soñé.
encontré mi pasión de otros paises.
pero no quiero que esta bella luz de la fotografía se apage.
las fotograías se an subido con más lentitud.
y yo llena de anseas para alimentarde de imagénes.

Miguel Muñiz dijo...

estoy deacuerdo, animo miguel, a ver si retomamos el blog los compis de abc...

abrazo