jueves, 29 de mayo de 2008

El "Salto" del Loco

El amigo Dani Martín me dedicó este salto durante el Valladolid Latino 2008, independientemente de que no me guste la música que hay en los conciertos que suelo fotografiar, valoro al que me lo pone fácil, la pena es que sucedió con la edición cerrada así que se ha quedado en el limbo de los justos.



Foto: Fernando Blanco

jueves, 22 de mayo de 2008

¡!Dichosas maquinitas!!

Si que nos dejan a los padres un rato tranquilos, pero a mi se me cae el alma a los pies viendo esto.




Foto Félix Ordóñez

miércoles, 21 de mayo de 2008

Humo

Humo, nubes o yo que se que parece esto. Pero esto del cambio climático un día nos da un disgusto. Esta foto está hecha en la playa de Levante de Benidorm un día de estos de nubes y claros.



Foto Juan Carlos Soler

martes, 20 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Á. Barroso

Todos los días son viaje


"Todos los días son viaje", escribió el poeta japonés Matsuo Basho hace más de 300 años en la primera anotación de su obra maestra, "Sendas de Oku". Basho fue uno de los creadores más brillantes de haikus, cortas y sencillas composiciones que hablan de la naturaleza y de la vida cotidiana. Versos austeros y libres. El verano pasado un compañero de ABC, Alfonso Armada, publicó un haiku diario en el periódico, un ejercicio de provocación poco habitual en estos tiempos de molicie. Pienso en la frase de Basho y en esos poemitas mientras miro esta foto sin pretensiones. El asfalto y el cielo. El poeta definía sus lecturas como "conversaciones entre el fantasma y el futuro fantasma". Por esa carretera de las Shetland pasaron dos futuros fantasmas durante su viaje de ese día.

Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Á. Barroso

lunes, 19 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Á. Barroso

Las focas perrean



Rodeando la isla de Noss, un pequeño islote de las Shetland que sirve de refugio a más de 100.000 parejas de aves marinas, una foca nos iba vacilando. Sacaba la cabeza del agua y la escondía, burlando el objetivo de la cámara. Entonces sonó el móvil del compañero. "Perrea, perrea". Peajes de nuestro tiempo: te localizan aunque estés perdido en el culo del mundo. "El chiki chiki mola mogollón…". Una de las tripulantes del pequeño barco pesquero en el que íbamos, probablemente nieta del patrón, se nos quedó mirando extrañada al escuchar la sintonía del teléfono. "Es la canción española para el festival de Eurovisión de este año". Y se la pusimos entera. Para qué queremos más: risas, bluetooth y envío a las amigas. "¿Peguea peguea?". "Hacer el perro, vaguear…". No terminaba de entenderlo. "Live like a lazy dog". Más risas. Le informamos de que podía ver el vídeo en YouTube. Luego pensé que el primer contacto que probablemente iba a tener esa chica con la "cultura" española era Rodolfo Chikilicuatre. Qué imagen. La foca asomó otra vez. Un segundo, o dos. Así estuvo jugando con nosotros un buen rato hasta que la cazamos. Luego vimos a sus congéneres tumbadas en unas rocas, gordas, perezosas, pasando de todo. Perreando.

Foto Miguel Berrocal

Texto Miguel Á. Barroso

domingo, 18 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Á. Barroso

Little Monk



Llevo más de veinte años persiguiendo frailecillos. En Escocia, Noruega, Islandia, Alaska… Recuerdo la primera vez que los vi: en las islas Lofoten (Noruega), unos pequeños balines negros volando a escasa distancia del agua. Mucha gente piensa que son aves de buen tamaño al ver los primeros planos que publican las revistas de naturaleza, pero su talla apenas supera un palmo. Llevaba unos prismáticos discretos y una vieja Yashica de arrastre manual, herramientas con las que hice lo que pude. Por la noche mis colegas y yo estábamos felices por haber imaginado (más que observado) a los puffins. Hoy, en Sumburgh Head, al sur de las islas Shetland, me he dado un homenaje que difícilmente podré olvidar. Sin prismáticos, pues les he espiado en sus nidos a dos o tres metros de distancia, ni cámara, pues el compañero llevaba un cañón con el que podía robarles el alma. Sentados en una mullida hierba al borde del acantilado, parecía que estábamos dentro de un documental de la BBC. Ayer un guía me preguntó cómo se llaman los puffins en español. “Frailecillos”, le dije. “Little monks”. Le hizo tanta gracia que me pidió que se lo escribiera. “Realmente parecen pequeños frailes”. Y ya tuve que traducirle el nombre de los demás habitantes de estas costas.

Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Á. Barroso

sábado, 17 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Á Barroso

La finca

Una historia habitual: un personaje vive sus últimos días en un pueblecito perdido en la costa, lejos de su cuna, y decide que lo entierren allí cuando muera. Otros piden que sus familiares y amigos esparzan sus cenizas en el mar, o a los pies de una montaña. Recuerdo un viaje de trabajo a Galicia con un compañero. “Vamos a pasar junto al muro de una iglesia donde siempre que hago esta ruta veo al mismo abuelo sentado”, me dijo. Pero en esa ocasión no estaba. “Habrá pasado a la finca”, añadió, señalando el cementerio que había junto al templo. Es curiosa la preocupación de mucha gente sobre el destino de sus huesos, sean creyentes o santos laicos. Yo, por ejemplo, ya he dado instrucciones y amenazado a mis herederos con que les perseguirá mi fantasma si no cumplen mis deseos. Pero… ¿por qué querría el tipo del principio descansar junto al mar, acaso los muertos pueden disfrutar de las vistas? ¿Las cenizas hacen submarinismo? Escribamos un epitafio grande, simbólico, para que nos recuerden durante un tiempo… aunque el camino sea igual para todos, no hay pérdida, lleva a la finca, como en este rincón de las Shetland donde algunos quisieron quedarse para siempre.

Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Á. Barroso

viernes, 16 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Á. Barroso

¡Por Dios, que esto es la apertura!


El mar como un plato, el cielo como la panza de un burro, las horas cayendo en un cesto, los fulmares escoltando el barco… y, de repente, tras doblar un acantilado, todo cambia: se levanta un fuerte viento y nos vemos cabalgando las olas bajo una nube de alcatraces, despeinados, descosidos y nerviosos, disparando a las rocas, al faro, a las espumas, a las aves, “por Dios, que esto es la apertura”, resbalamos, nos tumbamos en el suelo de la cubierta, cambiamos los objetivos de las cámaras, “déjame sitio para el titular”. Algunos pasajeros echan la mascada por la borda. Un págalo persigue a un alcatraz y le obliga a soltar los peces que llevaba en el pico. Los frailecillos huyen corriendo sobre las aguas dejando un rastro de chapoteos. Al cabo de un rato se acaba el subidón, vuelve la calma, pero nace la duda: ¿podremos explicar esto con imágenes y palabras?

Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Á. Barroso

jueves, 15 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Ángel Barroso

Qué bonito (y misterioso) es el amor



La capilla de Roslin, al sur de Edimburgo, saltó a la fama por “El código Da Vinci”. Un catálogo de símbolos religiosos y paganos se esconde en su interior para los aficionados al esoterismo, aunque no hay constancia de que los huesos de María Magdalena, es decir, el Santo Grial (según Dan Brown), descansaran en su cripta alguna vez. Como no me sentía cómodo bajo la bandera del relativismo izada en el último post entré en Roslin buscando algo que tuviera la categoría de sagrado, de indiscutible, un asidero, un faro, una referencia… No lo encontré en el gesto burlón de los misteriosos green men labrados en la piedra, ni en el reproche de las abuelas del inserso escocés que nos pedían explicaciones por hacer fotos prohibidas. No. En mitad de la nave central una pareja se abrazaba y se besaba como si los espíritus que habitan en la capilla les animaran a ello. Tal vez esos amantes se sentían imbuidos por la magia del lugar. ¿Bendecidos o condenados? En Roslin valen todas las miradas. El green man pagano les aplaudiría; el diablo, en cambio, se los llevaría detenidos. El fotógrafo, antes de meterse en debates éticos, apuntó y disparó.


Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Ángel Barroso

miércoles, 14 de mayo de 2008

7 días 7 fotos Miguel Berrocal y Miguel Á. Barroso

TE CASAS Y TE EMBARCAS

Tengo un colega que si derrama sal en la mesa tiene que ejecutar el exorcismo de coger una pizca y arrojarla por encima de su hombro, pero ya ni las supersticiones son lo que eran. Es martes y trece y la gente se casa y se embarca. La mudanza es ahora la costumbre: estar en los sitios como si nos hubiéramos marchado de ellos, meter cuatro cosas en una maleta y salir pitando al país del relativismo. Los usos y costumbres son como los glaciares en retroceso de Groenlandia. Visto así, De la Vega tiene las mismas razones para escandalizarse por un polígamo que un supersticioso porque alguien coja un avión hoy.



Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Ángel Barroso

jueves, 1 de mayo de 2008

Pleno

Los plenos del Congreso a veces son un latazo. Más o menos la "tensión" está momentos antes del inicio del mismo y al final de las votaciones. Durante las intervenciones de sus señorías pues nos dedicamos a seguir al político que esté en el candelero en ese día o a los mini corrillos y "encuentros" entre políticos del mismo o diferente partido. Lo demás es tiempo muerto en el que los fotógrafos nos dedicamos a ponernos al día de nuestras vidas. Fue en uno de esos momentos cuando tiré esta foto. Estaba charlando con un compañero de El País y los dos "vimos" esta foto. Cuando la hicimos nos miramos y sonreímos. ¿Estás rápido, eh Álvaro? Creo que es una foto curiosa que por supuesto no tiene "cabida" en las páginas del periódico. Por supuesto, no quiero ofender con ella a nadie del sexo femenino, ¿ok? Por cierto compañeros, animaros a poner fotos. Echo de menos abrir este blog y ver fotos día a día de compañeros de Madrid y toda España, del ABC y de otros medios, profesionales o no. Simplemente ver una foto diferente cada día. Un abrazo y animaros.



Foto Francisco Seco