Patio
De pequeña, mi cuarto daba a un patio interior. Todavía recuerdo las risas de unos, los amores de otros, las peleas de muchos, las lavadoras de todos, las radios de algunos, o el sempiterno chirriar de la cuerda de tender... Todos ellos sonidos que, inevitablemente, había que incorporar por obligación a sueños y a desvelos, hasta anularlos sin querer. ¿Cómo serían los ruidos de este patio de Shanghay?
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